Más opciones de ocio nocturno (para todos los gustos), más repartidas por Barcelona y con más prevención y recursos para que la diversión de unos no choque con el descanso de otros. Así puede resumirse la batería de acciones que pretende impulsar el ayuntamiento a partir de los próximos meses, e incluye rediseñar el transporte público nocturno para poder despejar rápido zonas de ocio tras la hora de cierre, así como triplicar la cifra de mediadores cívicos hasta 18 en esa franja. También consolidar y potenciar los itinerarios seguros de vuelta a casa e introducir la figura del ‘agente del cambio‘ para que la planificación urbanística de nuevas zonas residenciales proteja la actividad nocturna preexistente. La comisionada o ‘alcaldesa’ de la noche, Carmen Zapata, junto con el alcalde Jaume Collboni han dado a conocer esta tarde de martes en la primera reunión plenaria del Consejo de la Noche las actuaciones que recoge la nueva medida de gobierno ‘Iniciativas para la gestión integral de la noche 2025-2027’.

El consejo, que integra a un centenar de agentes y operadores de la noche de Barcelona en todos sus ámbitos, se creó para coodinar y participar en las estrategias de la ciudad para mejorar la actividad nocturna, su gestión y encaje local. El próximo paso será crear con ellos cinco grupos de trabajo (de Cultura y Patrimonio, de Desarrollo económico, de Prevención y convivencia, de Espacio público y movilidad, y de Sostenibilidad e innovación, para desarrollar los planes. La Oficina de la noche que ejercerá de observatorio contará con presupuesto para materializarlos, enfatizan. La ‘alcaldesa’ estima que las acciones hasta 2027 podrían llevarse a cabo con unos dos millones de euros.
Zapata ha explicado que uno de los objetivos es ampliar las opciones culturales y de ocio más allá del “tradicional” (de consumo de alcohol y fiesta) para quienes tienen otras inquietudes y actualmente no encuentran espacios abiertos en horario nocturno. “Diversificar” las opciones pasa por ampliarlas en el territorio, más allá de los cuatro distritos que actualmente copan la actividad y son Ciutat Vella, el Eixample, Sant Martí y Sarrià-Sant Gervasi. La comisionada quiere que en todos los distritos haya opciones, que pueden ir desde actividades deportivas (clases y competiciones hasta pasada la medianoche), a culturales (en museos y otros equipamientos) o recreativas (como ‘gaming’). Pero también se incluye la posible apertura de salas de conciertos –ha destacado el déficit de estos espacios– o de bares o clubs, si se da con la ubicación adecuada y el consenso necesario.
Esta ampliación de opciones no será “café para todos” sino que partirá del análisis de los intereses de “una audiencia más amplia” y que generen una experiencia nocturna más inclusiva y accesible. Ha detallado a la prensa que se seleccionarán los equipamientos en zonas pactadas y que prevalecerá el sentido común para que no generen molestias vecinales, recordando que las medidas están pensadas precisamente para disfrute de los propios residentes, que tendrán opciones cerca de sus casas. En el mismo sentido se dinamizarán regularmente actividades en plazas y espacio público, ha avanzado. La idea es sumar actividad de gestión municipal con iniciativa privada.